Iratxe García, nueva presidenta del grupo socialdemócrata europeo, ya era conocida por muchos en Bruselas, pero el “salto mediático” lo dio el 2 de marzo de 2017. Aquel día, en una sesión del Parlamento Europeo, la española se enfrentó con el eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke por su discurso machista: “¿Sabe usted cuántas mujeres hay entre los primeros cien jugadores de ajedrez? Se lo diré: ninguna. Por supuesto que las mujeres deben ganar menos que los hombres porque son más débiles, más pequeñas, menos inteligentes”.
García contestó: “Mire, señor diputado. Según sus teorías, yo no tendría derecho de estar aquí como diputada. Y sé que le duele y le preocupa que hoy las mujeres podamos estar representando a los ciudadanos en igualdad de condiciones. Yo aquí vengo a defender a las mujeres europeas de hombres como usted”, aseguró.
Mujer de confianza de Sánchez
García, sanchista renombrada, lideró la delegación del PSOE tras las elecciones europeas de 2014 hasta la caída en desgracia del propio Pedro Sánchez. Fueron días difíciles en Ferraz, pero también en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. Los cuchillos volaban y la cabeza de García rodó. Ramón Jáuregui, eurodiputado veterano y respetado, se hizo con las riendas de un grupo muy dividido.
La eurodiputada recuperó su cargo en cuanto Sánchez volvió al suyo y los cuchillos volaron en dirección contraria. Los eurodiputados que intentaron mantenerse al margen en aquellos días aseguran que García tiene mucha ascendencia dentro del grupo, que es muy respetada y que mantiene a todo el mundo en fila.
Las relaciones no eran las mejores. El PSOE se encargó de no apoyar a Elena Valenciano cuando esta trató de sustituir al saliente presidente del grupo socialista europeo, el italiano Gianni Pittella, en febrero de 2018. Valenciano había sido número uno en las listas de 2014, pero su condición de contraria a Sánchez acabó con sus opciones a presidir el grupo y después la borró de la lista a las elecciones europeas de 2019, a pesar de una dilatada experiencia en Bruselas.
El trabajo de García no será sencillo. Controlar la delegación del PSOE español es muy diferente a dirigir los designios del segundo grupo más grande del Parlamento Europeo, con distintas sensibilidades y corrientes muy diversas.
Además, la eurodiputada española se sentará en la conferencia de presidentes, la mesa en la que se deciden muchos de los asuntos del día a día del Parlamento Europeo. El problema para la socialista son los idiomas: no tiene ninguna soltura con el inglés, y deberá aplicarse en ello porque es un elemento fundamental para poder desarrollar su nuevo trabajo con eficacia.
Su elección parecía hecha después de que en los comicios europeos el PSOE se convirtiera en la primera delegación dentro de la bancada de los socialdemócratas, un equilibrio que el presidente Pedro Sánchez también quiere hacer notar en el reparto de nombres para la nueva cúpula institucional de la UE.
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