Antisemitismo e islamofobia, dos caras de la misma moneda

  • OPINIÓN
  • 07.11.2023 – 05:17H

Artículo de opinión de Iratxe García, presidenta del Grupo de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo y secretaria de la UE del PSOE; publicado en www.20minutos.es:

Me niego a pensar que ante la ola de muerte y violencia a la que asistimos en Oriente Próximo, tengamos que tomar partido. Yo no lo haré. En el último pleno de la Eurocámara, decía nuestro Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, que “de la misma manera que podemos decir que es una tragedia abominable matar a 270 jóvenes que estaban celebrando la vida. ¿No podemos también decir que es una tragedia igualmente reprobable el que hayan muerto bajo las bombas 4.000 menores en Gaza¿No podemos decir las dos cosas? ¿En qué lamentar una tragedia me quita fuerza moral para lamentar otra? Al contrario, me la da. La fuerza moral para condenar algo, la tengo si condeno otra cosa igual cuando ha sido hecha en otro lugar, por otra gente, quizás más cercana a mí. Y si no comprendemos esto, no podemos ser útiles para intentar resolver el conflicto“.

En los últimos días se está produciendo una sucesión de ataques antisemitas alarmantes, y que en Europa nos retrotraen a épocas pasadas, a toda una historia vergonzosa de persecuciones y oscurantismos hacia el pueblo judío. Los atentados terroristas de Hamás contra civiles israelíes y la respuesta desmesurada del ejército de Israel contra la población de Gaza han reabierto heridas en nuestras sociedades, odios a menudo heredados, rencores que se generalizan peligrosamente a colectivos enteros. Y en esta situación tan compleja y tan sensible, personas ajenas a la tragedia se sienten tentadas a elegir bando. Flaco favor hacen a la búsqueda de la paz quienes se dejan llevar por odios y prejuicios en vez de guiarse por el principio universal de la dignidad de cada ser humano y la responsabilidad personal.

Desgraciadamente en Europa nunca llegamos a superar el antisemitismo. Por eso la Unión Europea nombró en 2015 una coordinadora, Katharina von Schnurbein, y recientemente aprobó una estrategia para combatir el antisemitismo y promover la forma de vida judía en Europa. Después del horror del Holocausto, que significó el punto más bajo y destructivo de la humanidad, pensamos que esa violencia ciega nunca volvería. Pero una animadversión latente hacia las personas judías ha permanecido en nuestras sociedades. No hace falta llegar a la violencia para que exista antisemitismo.

Todos tenemos estereotipos. El problema es que el desconocimiento, junto con nuestra educación, nuestras lecturas, nuestras referencias culturales, fácilmente los transforman en prejuicios. Y la mejor manera de combatir los prejuicios es conocer a personas del colectivo bajo sospecha, cuantas más personas mejor. Porque solo así se descubre la diversidad en cada cultura, en cada grupo religioso, en cada país, en cada etnia.

No es correcto, para empezar, identificar a todos los judíos con el Estado de Israel, puesto que la cultura y la tradición judías arraigaron en numerosos países de todo el mundo durante siglos, desde Yemen a Marruecos, de Rusia a Estados Unidos o Argentina. Ni siquiera en Israel existe una voz monolítica, como demuestra la riqueza de las tradiciones religiosas y los millones de judíos laicos. Ni el primer ministro Netanyahu ni ningún otro político puede arrogarse la voz de Israel. Las manifestaciones que llenaron las calles durante estos últimos meses para protestar contra la reforma judicial son solo un ejemplo de una sociedad vibrante y libre, donde caben las voces que critican la política de asentamientos y las violaciones del derecho internacional por parte del gobierno.

El año pasado estuve en Israel y Cisjordania –las autoridades de Israel no nos dieron permiso para visitar Gaza– y exsoldados de la ONG israelí Breaking the Silence (Romper el Silencio) nos explicaron en Hebrón el trauma que les supuso cumplir su servicio militar en los territorios ocupados, y la objeción de conciencia que les llevó a abandonar el ejército y buscar el fin de los asentamientos. Todo esto cabe en la democracia de Israel, todo esto cabe en la diversidad de las voces judías. Silenciar las voces discrepantes y descalificar las críticas al gobierno de Netanyahu tachándolas de antisemitismo es un reduccionismo peligroso que coarta la libertad de conciencia y contribuye a alimentar estereotipos y prejuicios.

Todos tenemos estereotipos. El problema es que el desconocimiento, junto con nuestra educación, nuestras lecturas, nuestras referencias culturales, fácilmente los transforman en prejuicios

Del mismo modo, por más odiable y repugnante que nos resulte la ideología y la violencia de Hamás, no puede extenderse a toda una población, ni mucho menos llevar al prejuicio y menosprecio de todas y todos los palestinos. Entre los palestinos (los de Cisjordania y Gaza, así como entre los refugiados en los países vecinos desde 1948, como es el caso del Líbano) y los de la diáspora hay una gran diversidad de opiniones y de creencias. Para empezar no todos son musulmanes, también los hay cristianos. Ni el castigo puede ser colectivo –un principio básico del derecho– ni el prejuicio puede extenderse a todo un grupo, mucho menos estigmatizar a las personas musulmanas. Porque la otra cara del antisemitismo es la islamofobia, que se traduce en actitudes discriminatorias en el día a día. Por eso la Unión Europea ha nombrado también una coordinadora el pasado febrero, Marion Lalisse, dentro de las políticas contra la intolerancia.

Los responsables políticos en España también debemos asumir nuestra responsabilidad, no estimulando y alimentando prejuicios. En vez de utilizar la carta del antisemitismo para atacar políticamente los argumentos del adversario, los dirigentes del PP harían mejor en rebajar la tensión y aplicar criterios de ética universal: la igualdad de todos y de todas ante el derecho, y la singularidad de cada ser humano. El escritor libanés Amin Maalouf ya nos alertaba de los peligros del “tribalismo identitario”, que solo conduce a un ciclo de odios heredados. Luchemos contra el antisemitismo y la islamofobia, reconociendo que hay tantas voces como personas, y todas merecen nuestro respeto.

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Más información en: https://www.20minutos.es/noticia/5187902/0/iratxe-garcia-antisemitismo-islamofobia-dos-caras-misma-moneda/

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