La presidenta de la Delegación Socialista Española en el Parlamento Europeo y secretaria de la Unión Europea en el PSOE, Iratxe García, es consciente de la importancia que tiene España para Europa y viceversa, porque, según ha asegurado en entrevista exclusiva con EurActiv.es, desde el partido saben que para “ofrecer una alternativa de país” necesitan “que Europa cambie”. La eurodiputada ha analizado el resultado de las elecciones andaluzas y el papel que la Unión Europea juega en el programa electoral nacional. Además, reconoce el valor del Plan de Inversiones para Europa, impulsado por Jean Claude Juncker, aunque considera que no es suficiente.
Madrid, 1 de abril de 2014.
Susana Díaz ha ganado en Andalucía. Las elecciones autonómicas, y después las generales, están a la vuelta de la esquina. ¿Qué papel tiene Europa en el programa socialista? ¿Cómo ha trabajado con Pedro Sánchez para que esté presente?
Desde que Pedro Sánchez fue elegido secretario general del PSOE, y con él su equipo, del que tengo el honor de formar parte, ya dijo que para él la política europea iba a ser un tronco fundamental en el que basar nuestro trabajo y nuestro proyecto. En este sentido, asumía el compromiso personal y político de mantener una línea muy directa, y así ha sido.
Desde septiembre, prácticamente una vez al mes Pedro Sánchez está visitando las instituciones europeas. Ha visitado también Italia, Lisboa, París, Berlín… Pero no sólo está el compromiso como secretario general en sus apariciones públicas, sino que también subrayamos la importancia que le estamos dando a que España cambie, para presentar un proyecto de país distinto y que avance en lo económico, en lo social, en los derechos y oportunidades. Es fundamental que Europa lo haga en el mismo sentido.
El PSOE no está solo en Europa, formamos parte de la gran familia socialdemócrata europea, que dentro de las diferencias propias de las realidades y las culturas que puedan surgir, somos esa gran familia que intenta poner encima de la mesa una Europa distinta. En ese sentido, el PSOE ha retomado el pulso en la política europea y su papel en el ámbito del Partido Socialista Europeo (PSE).
Recientemente estuvo Sánchez en el Parlamento Europeo, con todo el Grupo de Socialdemócratas, y la imagen fue muy positiva. Insisto, esta Ejecutiva, este secretario general y el resto de su equipo, sabemos que para que España cambie, para poder ofrecer una alternativa de país, necesitamos que Europa cambie. Este es nuestro granito de arena.
¿La anterior Ejecutiva del PSOE no tenía en cuenta a Europa de la misma manera?
Desde el inicio de la crisis económica, y por tanto desde el comienzo de la puesta en marcha de las políticas de derechas en Europa, el partido planteó la necesidad de provocar un cambio. Es decir, también la anterior Ejecutiva estaba planteando la necesidad de este cambio, pero quizás ahora hay más concienciación y una mayor presencia, no sólo de aquellos que tenemos la responsabilidad específica en los asuntos europeos, sino también con la figura del secretario general.
¿Cómo sentó dentro de la “gran familia socialdemócrata europea” el “no” de los socialistas españoles a Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea?
Lo hablamos antes, durante y lo hemos seguido hablando después. No ha habido ningún problema, sí ha habido interpretaciones al respecto.
Durante el debate de investidura de Juncker se planteó la situación de España. Nosotros, como país del sur y país más afectado por la crisis económica, hemos vivido en primera persona estas decisiones equivocadas de la derecha europea, y por lo tanto esa visión para nuestra propia ciudadanía era mucho más directa. El resto de partidos socialdemócratas tenía que entender que lo que Juncker planteaba podía no representar rechazo en otros espacios de la Unión Europea, pero aquí sí.
Además, nosotros comenzamos la campaña electoral diciendo que teníamos un candidato y que no íbamos a apoyar a uno como Juncker, que era el del Partido Popular Europeo (PPE). Fuimos coherentes con nuestro discurso y con el compromiso que habíamos adquirido con los ciudadanos. Esto ha sido totalmente comprendido y entendido por el resto de partidos y de colegas de la socialdemocracia europea.
Lo que más nos preocupa y nos ocupa ahora mismo, tanto al PSOE como a los socialistas europeos, es hacer que de nuestro trabajo se provoque ese cambio. No es momento de mirar hacia atrás respecto a qué posición tomó el PSOE, sino qué es lo que el PSOE va a aportar a partir de ahora al proyecto europeo.
Se ha comparado la situación griega con la española, Syriza con Podemos. ¿Es el PSOE el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK)?
El PSOE no es para nada el PASOK. De hecho, el resultado de las elecciones andaluzas ha sido la respuesta para los que decían que el PSOE estaba en la misma situación que el PASOK, se ha demostrado que no es así.
Durante el proceso electoral en Grecia, y después con los resultados, lo hemos expresado: el PASOK ha sufrido la consecuencia de formar parte de un Gobierno de coalición con la derecha griega, que ha tenido que llevar a cabo recortes dramáticos para la vida de la gente. Les han castigado.
En España no ocurre esto, porque ni hemos formado parte de una coalición con el PP ni la vamos a formar. Es algo que estamos diciendo de forma reiterada, aunque parece que hay algunos a los que les interesa seguir creando dudas en este sentido. Nuestro secretario general, Pedro Sánchez, lo ha dicho en muchas ocasiones.
Lo único que tenemos en mente es ser el partido ganador de las próximas elecciones para poder cambiar las cosas y ofrecer una alternativa de proyecto de país. Por lo tanto, para nada somos lo mismo y estamos consolidando el cambio que los ciudadanos nos estaban pidiendo. Hemos tomado nota de los errores, que por supuesto hemos cometido, y estamos haciendo una política más cercana, más transparente, con un compromiso real para un proyecto real de país, y creo que así está siendo entendido por la ciudadanía.
Retomando esa comparación entre Syriza y Podemos… ¿Teme ahora el PSOE a los partidos emergentes?
Igual que el PSOE no es el PASOK, Syriza no es Podemos. Syriza tiene historia.
En cuanto a la situación, es cierto que en la mayoría de los países la respuesta a esta política europea ha sido el auge de nuevos partidos de todo el espectro ideológico, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, que lo que hacen es canalizar la frustración y el enfado de los ciudadanos hacia la política tradicional. Nosotros tenemos que asumir, entender y provocar nuestros cambios. Es en la línea en la que estamos.
Entendemos perfectamente que una gran parte de la ciudadanía se haya sentido defraudada por determinados partidos políticos y tenemos que aprender de nuestros errores, ofrecer una alternativa, aquello que se nos está pidiendo en materia de transparencia, en la lucha contra la corrupción, hacer una política más cercana y responsable, que responda a lo que los ciudadanos nos están pidiendo.
Recojo el guante de forma positiva. Nos ha servido para que los que podríamos denominarnos partidos tradicionales, aunque no todos lo hagan, reaccionemos.
Ahora queda ver cómo estos nuevos partidos comienzan a funcionar en el día a día. Hablar en contra de la política formando parte de la política hace que en el momento en el que tienes una responsabilidad tengas que asumirla, y tienes que ser coherente con tu discurso. Vamos a ver qué es lo que ofrecen y en función de eso veremos también qué relación vamos tomando con ellos.
La alternativa económica de Pedro Sánchez ha estado recorriendo mundo los últimos meses, llegando incluso a Washington. ¿En qué consiste a grandes rasgos?
La austeridad por sí sola no ha sido capaz de resolver los problemas en materia económica. En muchas ocasiones lo que ha provocado son injusticias y desigualdad.
En primer lugar, entendemos que no tiene que haber unos déficits públicos excesivos, innecesarios, y eso lo asumimos, pero cualquier política de control del gasto tiene que venir acompañada de una política de crecimiento, de inversión y de generación de empleo. Esto es lo que estamos intentando impulsar.
El Plan Juncker puede ser el inicio, pero no es suficiente. Necesitamos más presupuestos para hacer más política de inversión. ¿Cómo conseguimos más presupuestos en Europa? Esa es la siguiente pregunta. También habrá que hablar de una política fiscal en Europa y de una lucha contra los paraísos fiscales, así como de un impuesto de transacciones financieras. Para hacer más política de crecimiento y de inversión necesitamos tener más dinero para sacar, y ese dinero se saca de una política fiscal distinta. En este sentido, hay una comisión especial en el Parlamento Europeo que se ocupa de este asunto y que cuenta con dos compañeros socialistas españoles: Ramón Jáuregui y Eider Gardiazábal, que van a trabajar de forma muy intensa.
La gente no puede entender que mientras les hemos dicho que han vivido por encima de sus posibilidades y que se tienen que apretar el cinturón, mientras que se han hecho recortes, se ha permitido que las grandes fortunas no paguen impuestos. Por lo tanto, esta es otra de las propuestas del cambio.
También tenemos que ser conscientes de que en el momento en el que empecemos a crecer económicamente, y hay indicadores que dicen que se puede estar ahora mismo en una situación de crecimiento, tenemos que hacer que sea justo y equitativo. De nada nos sirve que las grandes cifras económicas nos digan que los países estamos creciendo si la gente no lo siente, ese es el problema. La crisis ha provocado que las desigualdades sean mayores, que los que eran ricos ahora son más ricos y los que eran pobres ahora son más pobres.
Hemos desmantelado un Estado de Bienestar y nuestro compromiso ahora es hacer una política económica que haga compatible el crecimiento con la justicia y la igualdad, que devuelva ese Estado de Bienestar en el que se había avanzado y que en los últimos años se ha deteriorado de forma evidente.
El Plan Juncker es ahora una de las grandes esperanzas para Europa. ¿Cómo cree que repercutirá en España?
Todavía no está cerrado. La Comisión Europea ha hecho una propuesta y ahora se está debatiendo en el Parlamento Europeo. Nosotros hemos planteado que entendemos que este plan, puesto que busca generar actividad, tiene que tener una especial atención en los territorios donde el desempleo es mayor, como en nuestro país, y tiene que ir a proyectos que realmente generen un valor añadido en Europa y que no sea meramente una cuestión de dar subvenciones a cuatro iniciativas para que durante un plazo de tres años se haga un número determinado de contratos, en eso no consiste.
El buen funcionamiento y el buen resultado de este plan dependerá de la elección de los proyectos, que deben ir dirigidos al objetivo de ganar en competitividad y encontrar espacios donde podemos tener un desarrollo importante.
Se habla de las conexiones energéticas, pero yo no hablaría única exclusivamente de eso. Estamos pidiendo que haya una línea que vaya directamente a las pymes, por ejemplo, porque puede ser algo importante. Muchas de nuestras pymes tienen el hándicap de no contar con el aval bancario para poder iniciar una actividad, que exista apoyo de un banco central que avale determinadas actuaciones puede ser positivo.
Susana Díaz, en entrevista con EurActiv.es, aseguró que pelearía porque Andalucía no perdiese “un solo euro” del Plan Juncker. ¿Puede suponer esto una batalla entre las regiones españolas para ver quién consigue más?
No, porque además todavía está por ver cómo se va a realizar la solicitud real y efectiva de estos proyectos.
A día de hoy, tanto por parte del Gobierno como de las comunidades autónomas, se ha planteado un documento general de propuestas, pero todavía hay que saber cómo se realizará la petición oficial para su puesta en marcha.
No obstante, no debería convertirse en una lucha entre comunidades para ver quién consigue más dinero, sino que se deben plantear proyectos que de verdad sean interesantes desde el punto de vista del valor añadido europeo.
En este momento estamos trabajando en el Parlamento Europeo y manteniendo un contacto con los dirigentes de los diferentes territorios para que tengan información, porque hay determinadas comunidades autónomas donde, por no formar parte del Gobierno, no ha habido una información real de en qué está trabajando. Aunque este no es el caso de Susana Díaz, que se reunió con los agentes sociales y con los empresarios, y han trabajado en las propuestas de forma conjunta. No ocurre así en otros territorios.
Estamos haciendo una labor de escucha y de propuesta para saber cómo puede salir de la mejor manera posible.
Se ha podido conocer recientemente que el número de españoles inscritos en el extranjero ha aumentado casi un 50% en cinco años y otro estudio elaborado por el Instituto Vodafone para la Sociedad concluía que los jóvenes españoles ven su futuro fuera de España. ¿Es posible el crecimiento en España si los que pueden ser sus impulsores se marchan? ¿Qué medidas emprendería su formación para evitar la fuga de cerebros?
Planteando unos objetivos en materia europea que no sean a corto plazo, es decir, hay que combinar determinadas políticas.
Por un lado está la política de respuesta inmediata a la actuación. Hay un desempleo juvenil desorbitado en nuestro país, como también ocurre en otros. Los socialistas propusimos el plan de Garantía Juvenil, que es importante y se ha puesto en marcha. Aún así, me cuesta entender que el presidente Mariano Rajoy esté planteando su preocupación por esta cuestión y al mismo tiempo el Gobierno haya tardado casi un año en presentar el proyecto operativo de este plan a las instituciones europeas.
Por otro lado, el plan de Garantía Juvenil es para los jóvenes que acaban su etapa formativa hasta los 25 años y el gran número de jóvenes desempleados que finalizan sus estudios en nuestro país lo tenemos a partir de los 25, porque normalmente alargan su etapa formativa porque no tienen la perspectiva de encontrar empleo enseguida. Si el grueso está entre los 25 a 35 años, nosotros planteamos, además de que se triplique el instrumento de Garantía Juvenil en lo que a presupuesto se refiere, que también se amplíe la edad y llegue hasta los 30 años.
El Gobierno de España ha decidido que sea simplemente un instrumento de apoyo a través de los pagos de la Seguridad Social a las empresas que contraten jóvenes y en el PSOE creemos que es una política mucho mas integral, que tiene que ir en un sentido más amplio, impulsando, por ejemplo, el apoyo a las iniciativas sociales de los jóvenes, el apoyo a las pymes, a los jóvenes emprendedores…
Por otro lado, requiere también de políticas a largo plazo. Europa necesita avanzar en el ámbito económico siendo más competitiva y para ello tenemos que ver en qué espacios podemos tener un desarrollo e insistir. Posiblemente en Europa no seamos competitivos en hacer zapatos, pero a lo mejor sí lo somos en el desarrollo de nuevas tecnologías o en materia de investigación o experimentación. Busquemos cuáles son esos espacios en los que Europa puede ser competitiva y pongamos en marcha un desarrollo de iniciativas, tanto de formación como de apoyo a la cultura o a las acciones emprendedoras, que vaya en ese sentido. Y para eso apostamos por las políticas que apoyen estas iniciativas a través de líneas presupuestarias.
¿Cómo se ve esta «fuga de cerebros españoles» desde Europa?
Cuando se ven los datos es algo que llama la atención, mis colegas son conscientes. Lo que podría ser visto como algo positivo, que es la movilidad de los jóvenes, se está convirtiendo en algo que se hace por obligación. Me encanta que la gente tenga iniciativa, pero tiene que ser una opción libre y no que se vean obligados a ello.
La lucha contra el terrorismo ha sido también uno de los temas centrales en los últimos meses y protagonista de la Cumbre socialista que se celebró en Madrid. ¿Entiende esta batalla de partidos?
Matices hay, pero son totalmente conciliables, y por encima está el objetivo común de garantizar la seguridad a los ciudadanos. Para nosotros la libertad de la ciudadanía es algo fundamental, y un ciudadano no es libre si no está seguro. Ha habido un consenso muy evidente por parte de la socialdemocracia, tanto a nivel de Gobiernos como de partidos, de que la lucha contra el terrorismo es fundamental, y esto viene exigiendo unas políticas más coordinadas en materia de cooperación policial, judicial y de seguridad. No debemos olvidarnos tampoco de la perspectiva de las políticas de integración y de la manera de entender Europa como un espacio múltiple, donde la multiculturalidad es una realidad. Tenemos que hacer de Europa un espacio donde la convivencia sea algo elemental.
Por último, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, señalaba el mes pasado la importancia de la educación en la lucha contra el terrorismo, pues “la igualdad” en este ámbito les “aleja del terrorismo”. También usted ha insistido en la educación como garante de la igualdad. Sin embargo, vinculada a la igualdad de género todavía parece un tema pendiente, pues España se ha colocado como el segundo país de la UE donde más se acentuó la brecha salarial por género desde 2008. ¿Cómo parar esta tendencia negativa?
Que el señor José Ignacio Wert haga referencia a la educación y a la igualdad es cuanto menos paradójico, porque ha sido su Gobierno precisamente el que ha eliminado del currículum de los escolares ‘Educación para la Ciudadanía’, donde la coeducación y la educación en igualdad eran principios fundamentales.
Para nosotros (el PSOE) sí es algo importante, lo hemos practicado y lo seguimos planteando.
La igualdad entre hombres y mujeres en Europa es uno de los principios y de los valores que están en la propia composición de la UE. Además, somos el 50% de la población y hacer política sin contar con la mitad de los hombres y mujeres que formamos parte de Europa es estar perdiendo potencialidad, es decir, ya no sólo es un tema de justicia, sino que también lo es de rentabilidad económica y social.
La educación es fundamental, pero cuando hablamos de educación no sólo hablamos de que se incorporen los niños y las niñas a la educación, que eso en Europa está prácticamente consolidado, aunque no en países de fuera de la UE, sino que nos referimos también a la importancia que tiene la educación en igualdad y hacer de nuestras futuras generaciones ciudadanos que sean considerados como iguales. Para eso tienen que ser educados como iguales. Esto no se cambia del día a la mañana.
Estamos hablando de políticas educativas donde los resultados los tienes muy a largo plazo, por lo que mientras tanto se tienen que poner en marcha otro tipo de iniciativas de acción positiva para favorecer la incorporación de la mujer en la política, en la vida económica, en la vida social, en el mercado laboral… Para ello es fundamental acompañar legislación con políticas e instrumentos que vayan en este sentido.
La brecha salarial es algo inexcusable en la Europa del siglo XXI. Que las mujeres tengan que trabajar un 17% de media europea más que un hombre, cuando hay países que estamos bastante por encima de esa media, para cobrar el mismo salario en un mismo trabajo es totalmente inconcebible.
La legislación debe acompañarse de medidas de control, de inspección, de proporcionar un papel más relevante a los interlocutores sociales y, sobre todo, de un ejercicio que garantice que la ley se cumple.
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